viernes, 25 de enero de 2008

Palomitas

Un último esfuerzo, cielo –le rogó ella con la vista fija en el reloj digital del televisor que marcaba ya la medianoche.
Habían empezado a ver Doce monos, la peli de la Sexta, a las diez menos cuarto. Los primeros veinte minutos de publicidad los aprovecharon para hacer palomitas. El filme mostró luego un 2035 apocalíptico en que un virus se cepillaba a millones de personas.
A eso de las once el lunes les empezó a pasar factura y a duras penas sortearon las dos eternas baterías de spots con que la cadena interrumpió el largometraje. Cuando quisieron retomar la trama no sabían muy bien si el protagonista se llamaba Cole o Coleman ni recordaban a qué época había retrocedido en el tiempo en busca del dichoso antídoto.
Está a punto de terminar, cariño –insistió ella en el intermedio de las doce y cinco dando un cariñoso golpe con el codo al marido adormilado. El tipo abrió malhumorado los ojos: en la pantalla ofrecían tratamiento contra la disfunción eréctil. En fin.

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